Un huerto en la azotea: posible y necesario

La mayoría de la población mundial ha migrado a las ciudades. Esta tendencia ya lleva alrededor de un siglo y se ha ido consolidando con el tiempo, en detrimento del campo y la producción agrícola. Sin embargo, eso no ha significado que nadie se interese por la producción agrícola, y es ahí donde han surgido las iniciativas de agricultura urbana.

Generalmente, buena parte de la población urbana vive en edificios y casas grandes. En sus azoteas, existe buena exposición solar y, ante eso, ha sido posible desarrollar estrategias de agricultura urbana y sostenible. Por la exposición del sol, las azoteas son un espacio apropiado para desarrollar huertos para consumo personal, que funcionen como proveedores de especias y algunos vegetales. Pero, ¿qué hay que tener en cuenta?

Se puede empezar con poco

No existen leyes ni normas para desarrollar un huerto urbano. Todo lo contrario: se puede empezar hasta donde arrope la cobija. En las azoteas, es posible empezar con envases plásticos reciclados con tierra donde puedan nacer pequeñas plántulas y desde aquí, trasplantarlos a una jardinera más grande.

No hace falta ponerse una estrategia demasiado complicada de sembrado, que después puede resultar infructuosa. Los recursos de las azoteas pueden ser muy beneficiosos debido a que hay mucho sol, pero por esa misma razón, hay que moderar tanto crecimiento como espacio.

Recursos bien sustentables

Sol directo: no hay nada como el sol directo para que los vegetales crezcan. En sombra y semisombra se hace muy complicado, pero con sol, todo se puede. Es por eso que las azoteas se cotizan tanto, debido a que cuentan con recursos naturales muy aprovechables. Además, hay que resolver el tema del riego.

Si es un huerto urbano pequeño, es recomendable regarlo por las noches, pero siempre teniendo en cuenta las necesidades específicas de cada uno de los tipos de plantas sembradas. De ser un sembradío bastante heterogéneo, no estaría mal recibir un asesoramiento por parte de un viverista, pues no sería recomendable ahogar a unas plantas y dejar secar a otras.

En cualquier caso, el propósito del huerto urbano es un medio camino entre el acercamiento a la agricultura y la voluntad de aprovechar espacios y ahorrar dinero. Cuando una persona puede ver cómo crecen los vegetales en las azoteas de sus casas y los edificios, la experiencia de compra y venta cambia definitivamente y la visión de la agricultura se vuelve más sustentable.

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